En aquel lugar olía a alegrías y a rosas.
Sobre el borde de la colina lejana apenas se contemplaban dos pequeñas
cabañas,
pero olía a alegrías y a rosas.
Era así de simple
Un perrito ladraba,
como el que rasga una guitarra enamorada,
jugando con el sonido.
En aquel lugar olía a alegrías y a rosas.
Era así de simple.