Mantras, un antídoto contra el estrés. Cuatro días de música y meditación en un festival de mantras.
Cuatro días de música y meditación en un festival de mantras.
¿Anhela encontrar un marido como Dios manda? ¿Le vendría bien un poco de prosperidad? Quizás existe un disco que puede ayudarle a conseguirlo. Tan tentadora oferta la formula Satkirin Kaur Khalsa, una neoyorquina de 62 años que decidió consagrar su vida a «predicar la belleza y la gratitud» a través de sus cánticos, una sucesión de mantras que hacen «mejor de lo que era» a quien los escucha. Sonidos de honda espiritualidad «para comprender que, aunque nuestros cuerpos sean efímeros, todos estamos conectados con el Creador».
Satkirin y su grupo constituyen una de las cuatro propuestas místico-musicales que desde hoy y hasta el domingo conforman el II Festival Mantras. Esta noche abre boca el indio Ravi Prasad con sus cantos y danzas sagrados del sur de India. Mañana es el turno de Urna, mongola de voz agudísima que «siente como si fuera a nacer después de cada concierto». Khalsa («soy una residente del planeta Tierra con una voz para la felicidad y la paz interior») presenta el sábado su decimotercera grabación, primera en castellano: La mujer noble. Y la semana culmina con la silenciosa música trascendental de Gurbachan Singh Sachdev, que se vale del bansuri, la flauta india de bambú, para hacer de sus actuaciones «el mejor antídoto contra el estrés».
Ataviada con una túnica y ropajes blancos, es imposible que Satkirin pase inadvertida a media tarde por la plaza de España. Sus aliados, con barbas de chivo, también concitan miradas curiosas. «Algunas personas se me acercan a pedirme que ore por ellos; otras me preguntan, iracundas, si somos amigos de Bin Laden. Yo sonrío en todos los casos, indistintamente…», revela. Y agrega: «Ahora estos ropajes me recuerdan que tengo una misión espiritual en la vida. No visto a la moda, pero mi alma está a la moda».
A su lado atiende sin pestañear José María Márquez, madrileño de 50 años, trajeado y de modales exquisitos, que acaba de finalizar su jornada laboral como gerente del Consejo General del Poder Judicial. Márquez prefiere que le llamemos Gopala y el domingo guiará en el teatro, justo antes del concierto de Gurbachan, una gran «meditación por la paz». «El yoga», resume, «es una ciencia de la vida. Nos enseña a hacer de nuestros pensamientos una acción positiva con capacidad de transformar el universo. El mantra te acerca al silencio profundo del alma, a la ralentización de la mente».
Ha trabajado para la Administración pública española y europea, pero Gopala presume de no haber ingerido un solo ansiolítico en la vida. «Sí tomo, eso sí, grandes dosis de respiración consciente. Ése es el mejor medicamento para todos los seres humanos».