En tiempos de pandemia me entrevistó Pepa Bueno en la Cadena ser, para hablar de la paciencia. Esto le contesté.
Hace algunos años compartí el mismo tema para Pepa Castro, que dirigía Yoga Journal, ahora en Yoga en Red.
Ambos textos de la mano.
Gopala
¿CÓMO DEFINIRÍA USTED LA PACIENCIA?
La experiencia de la paciencia.
La palabra paciencia, del latín «patientia», significa tranquilidad para esperar.
Se la relaciona con la experiencia de calma, sosiego, reposo y quietud, percepciones difíciles de mantener en nuestra vida diaria, que parece impulsarnos constantemente a la intranquilidad física y mental, a la impaciencia
También se relaciona con la perseverancia o constancia en nuestros actos, es decir con la virtud de sostener cierto esfuerzo físico, mental o emocional, o insistir para conseguir una cosa o para alcanzar un fin.
La paciencia es necesaria para fortalecer la constancia, para no volver la cara atrás y es vital para continuar siempre hacia delante.
La paciencia es también la capacidad para resistir, sin desesperarse, ante cualquier tipo de contratiempos en la vida cotidiana.
La paciencia es nuestra mejor Maestra
¿PARA QUÉ SIRVE?
Para adaptarnos, ajustarnos y acomodarnos a las situaciones que nos incomodan. Swami Sivananda un Maestro de la Yoga de la India
Para sostenernos física y emocionalmente cuando tenemos que desempeñar una acción en un tiempo duradero o conseguir un objetivo a corto, medio o largo plazo.
Para generar, en tiempos veloces, calma, sosiego, reposo y quietud.
¿SE PUEDE APRENDER A SER PACIENTE?
Claro que se puede aprender. De echo la aprendemos desde muy pequeños cuando nos van diciendo las cosas que podemos hacer y no hacer, por ser pequeños, pero que podremos hacer cuando seamos mayores. La paciencia se entrena a lo largo de la vida. Cuando estudiamos o nos preparamos para adquirir conocimientos o habilidades, físicas, intelectuales, deportivas
Pero el aprendizaje puede generar ansiedad o tranquilidad. Vale la pena no incorporar la ansiedad que desemboca en males mayores en nuestro aprendizaje vital.
EN MOMENTOS COMO ESTE, EN LOS QUE HAY TANTA INQUIETUD, TANTA INCERTIDUMBRE, ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE TENER PACIENCIA?
Porque nos permite adaptarnos a una situación a la que no estamos acostumbrados. No aprendemos habitualmente a estar en quietud, a permanecer en espacios cerrados, a no conseguir lo que queremos a la velocidad del rayo, a silenciar nuestros pensamientos.
Estamos muy acostumbrados a obtener los logros de nuestras actividades de forma inmediata. Así lo exige el tiempo en el que vivimos, en el que la pausa vital, la constancia, la perseverancia, la tranquilidad y la paciencia no son precisamente los valores que se exponen en la publicidad que nos bombardea cada día. Hace pocos años era impensable tener noticia de un producto de consumo, darle a una tecla en un ordenador y que estuviera en nuestras manos sin salir de casa en menos de 24 horas. Nos hemos acostumbrado a la inmediatez en todos los campos de la vida
Hoy todo tiene que ser inmediato, cualquier dieta, cualquier nuevo deporte, juego, o actividad de ocio, debe tener efectos sorpresivos, como el rayo.
-Libros resumidos para alcanzar logros intelectuales que llevan años de aprendizaje,
-Posibilidad de perder varios kilos en cinco días sin pasar hambre,
-Conocer la actualidad en cinco minutos sin esfuerzo,
-Conseguir una profesión rentable en tres meses…
y cuantos ejemplos más.
En tiempos de limitaciones adaptarse a las que cada persona tiene es fundamental para permanecer en quietud, sosiego y tranquilidad
CUANDO UNO ES PACIENTE ¿TOMA MEJORES DECISIONES?
Yo creo que sí.
Muchas de las dudas que se generan en la toma de decisiones, de las miles de decisiones que tomamos cada día de nuestra vida, necesitan reposo y maduración, como las buenas frutas. Si nos tomamos una sandía antes de que nos ofrezca su mejor sabor perdemos sus deliciosos matices. Las dudas en las toma de decisiones, especialmente en las difíciles, necesitan el reposo de un paseo, de la observación, de unos minutos de meditación en silencio o de porqué no dejar que se resuelvan durante nuestro sueños en la noche.
Y ¿CONSIGUE LOGRAR MÁS OBJETIVOS POR ESE HECHO, POR EL HECHO DE ESPERAR?
Sin duda. De la misma forma que un atleta deja pasar en ocasiones una competición en la que podía conseguir un tercer puesto, para ganar el oro en la siguiente, podemos obtener objetivos más adecuados a nuestras necesidades esperando. Ya lo decía Sidharta, popularizado por la novela de Herman Hess: aprendió a ayunar, meditar y esperar, es decir a tener paciencia, sin que nada ni nadie lo perturbara. Así es cómo llegó a su estado de paz y felicidad
¿CON PACIENCIA, TAMBIÉN TRATAMOS A OTRAS PERSONAS CON MÁS COMPRENSIÓN?
Este virus está cambiándonos a todos. Sin duda estamos aprendiendo de una manera express a ponernos en la piel de los demás. A no tener esa constante percepción de lo que nos separa, a disolver un poco la importancia de lo que nos creemos ser. No somos el centro del universo y estamos aprendiendo a que se diluyan nuestras aristas corporales y emocionales para comprender mejor a los que nos rodean. Nos ponemos con mucha más facilidad en la piel de los demás
TODO ESTO EN CUANTO AL EXTERIOR, PERO SE PACIENTE ES SOBRE TODO UNA HABILIDAD PARA AUMENTAR LA PAZ INTERIOR ¿NO?
La paz interior es imprescindible para nuestro equilibrio vital como personas. Cuando generamos paciencia y silencio exterior, el silencio se traslada al interior y podemos observar que nuestros pensamientos se calman. Camina despacio, respira despacio, la paz interior es más fácil respirando conscientemente.
¿CUÁNDO SE DA CUENTA UNO DE QUE TODO REQUIERE SU TIEMPO, QUE TODO TIENE UN TIEMPO?
Cuando nuestra mente está en calma.
Cuando, como acabamos de decir, somos capaces de caminar sin prisa a sabiendas que la tenemos.
Cuando nos damos cuenta de que el Universo no se acaba ni empieza en nosotros y perdemos la insoportable sensación de que somos el centro del universo. No los somos.
Cuando comprobamos que nada va a desaparecer si caminamos a otro ritmo por la vida.
¿IMPACIENCIA Y DESCONTROL VAN DE LA MANO?
Cuando la impaciencia llega el desasosiego está garantizado en todos los planos de la vida. Físico, emocional, intelectual.
¿EL YOGA, LA MEDITACIÓN, ¿AYUDAN A SER MÁS PACIENTES?
Son esenciales, son técnicas milenarias practicadas ya en todas las latitudes del planeta. Te enseñan a respiran con más consciencia, a permanecer en inmovilidad corporal generando presiones en nuestros órganos internos que generan un masaje tonificante. Te enseñan que el estado de relajación, física y mental, es el estado natural de las personas, aunque no lo parezca, te enseñan a cuidar la alimentación para tu mejor nutrición. A comer para vivir, en vez de vivir para comer. Te enseñan a tranquilizar tu mente en los estados de desasosiego.
Solo reportan beneficios para los seres humanos
ANTES DECÍAS QUE SÍ SE PUEDE APRENDER A SER PACIENTE ¿NOS DAS UNA PRIMERA CLAVE PARA CONSEGUIR PACIENCIA PARA ESTOS DÍAS?
Dos ejercicios sencillos y una receta
Cuando suene el teléfono móvil que siempre tememos a nuestro lado cuenta mentalmente tres tiempos pausados: uno, dos, tres. Solo entonces comprueba quien te llama y contesta la llamada.
Cuando los pensamientos de desasosiego e inquietud afloren a lo largo de tu día: siéntate en una silla con la espalda recta. Coloca las plantas de los pies en el suelo, sin cruzar las piernas. Permítete cerrar los ojos un minuto.
Toma aire por la nariz contando 1, 2, 3, 4, suelta el aire también por la nariz contando mentalmente 1, 2, 3, 4, Repite el ejercicio dos o tres veces. Te sentirás mejor
Receta para estar en casa:
Mucha prudencia,
infinito agradecimiento para los servicios que nos apoyan,
una pizca de humor,
tres minutos de respiración consciente y
añadir, al servir, cuatro cucharadas de paciencia
Gopala
El progreso espiritual se produce principalmente de un modo silencioso e imperceptible, como suave abrir de un capullo que se convierte en flor durante las horas de la noche nos recuerda Swami Sivananda.
EL YOGA VA MÁS ALLÁ DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO
Pero el camino y la práctica del yoga, como cualquier otro sendero de conocimiento, van más allá del tiempo y del espacio y difiere del resto de las actividades y rutinas que emprendemos a lo largo de nuestra vida diaria.
¿CUÁNTO TIEMPO TENGO QUE PRACTICAR YOGA CADA DÍA?
Una vez preguntaron a Swami Vishnudevananda. Swami:
¿Cuánto tiempo tengo que practicar yoga cada día?
Él sonrió, como hacía habitualmente y dijo que el yoga no era una práctica ajena que tuviéramos que llevar a cabo de forma separada, acercándonos a un concreto lugar, a un centro de Yoga, sino que debía incorporarse a nuestra vida las veinticuatro horas de cada día.
1. – Porque respiramos todo el día y la noche y si lo hacemos con constancia y conciencia, cada segundo de nuestra vida…, estamos practicando pranayama, estamos practicando yoga.
2. – Porque nuestro cuerpo puede estar relajado y en armonía con nosotros mismos, como norma, si aprendemos a trasladar las técnicas de control muscular de savasana y el embrión, a nuestros movimientos y a nuestros descansos diarios.
3. – Porque una vez aprendemos e interiorizamos los asanas podemos caminar en la calle coordinando nuestra respiración con el movimiento para tranquilizar nuestra mente, porque podemos ver las noticias en la televisión y leer el periódico sentados en una postura adecuada, como en semiloto o en la mariposa, en lugar de estar repanchingados en el sofá inquietando nuestra columna vertebral.
4. – Porque podemos simplificar la ingesta de alimentos, tendiendo a una dieta en la que las sustancias nocivas y poco naturales vayan desapareciendo, poco a poco de nuestra rutina alimentaria
5. – Porque, en última instancia, nuestra mente tenderá a positivizar todos nuestros pensamientos y a acercarnos a la meditación. Esta es la actividad más sutil, interiorizar la presencia de los maestros y la repetición de los mantras, coordinarla con la respiración lenta, constante y consciente cuando caminamos, cuando esperamos en la cola del supermercado, cuando permanecemos en la consulta del médico, cuando nos trasladamos al trabajo, a la escuela o al cine, en el metro o en el autobús. Esto nos acercará cada día la meditación.
NO HAY UN YOGA EXPRESS
El yoga no es una práctica milagrosa con efectos instantáneos, no existe ningún atajo en el camino espiritual que es el yoga. Puede serlo, pero no necesariamente, o al menos no en el sentido de la inmediatez publicitaria de la que hablábamos antes.
Nunca un buen profesor de yoga te dirá:
-aprende la postura de la cabeza en cinco lecciones,
-aprende a ser vegetariano en tres días, sin prescindir de ninguno de tus platos favoritos,
-consigue retirarte en una cueva de los Himalayas, asistiendo a dos meditaciones.
YOGA Y PACIENCIA
Swami Sivananda dijo de la paciencia y de la perseverancia:
-Debemos cultivar la paciencia en nuestra práctica.
-No os dejéis turbar por las dificultades: soportarlas pacientemente.
-Tened paciencia y voluntad diamantina e incansable perseverancia.
-Quedaos en el mismo lugar y sed fieles a un solo maestro espiritual, a un método, a un sistema de yoga. Sea el que sea.
-La sadhana, la práctica espiritual es un proceso de por vida difícil y laborioso. Es una espiral en la que al principio se necesita mucho esfuerzo, pero gradualmente el círculo se va estrechando y el esfuerzo es menor.
-Cuando te sientas en un asana a meditar te quieres levantar enseguida no porque te duelen las piernas sino por la impaciencia.
-Confiad en vosotros mismos.
EL YOGA COMO PARTE DE DÍA Y DE TU NOCHE
Hoy nos pedimos tener paciencia en nuestra práctica para hacer de las pequeñas cosas y prácticas que aprendemos cada día un verdadero sendero perseverante. De esta forma el yoga se hace parte de nuestra vida y de nuestra muerte.
Esto significaría que habríamos aprendido el mensaje de Swami Sivananda:
El progreso espiritual se produce principalmente de un modo silencioso e imperceptible,
como suave abrir de un capullo que se convierte en flor durante las horas de la noche.
No te desanimes con la idea de que no estás progresando.
Alcanzar el éxito en el Yoga está dentro de las capacidades de cualquiera. Lo que requiere es una devoción sincera y una práctica constante.
