Recuperado de las cenizas

Prólogo

“Sólo hay un camino,

sólo hay un destino,

sólo hay un hogar,

sólo hay una familia.

Tú has elegido mi mente,

Tú has elegido mi corazón,

Tú has elegido mis manos,

Tú has elegido mi cuerpo”.

Con este mantra finaliza mi querido Armando su salto al vacío: la publicación de su primer poemario: “Recuperando de las cenizas”.

Mi primera reflexión, cuando me mandó los esbozos de lo que hoy es ya por fin un libro, es que llegaba tarde. Que sus palabras habían esperado demasiado tiempo en su interior, que su constante lucha vital por la mejora de la torpe especie humana merecía haber florecido ya hace algunas primaveras. 

Igual nos habríamos evitado algunos disgustos. 

Pero el tiempo de cocción es en ocasiones largo y se parece más a esas ollas que tardan dieciséis horas en hacer un caldo de verduras, que a las conocidas exprés, que te hacen unos garbanzos en media. 

Bienvenida tu lentitud. Bienvenida en estos tiempos en los que la velocidad predomina en nuestros cuerpos, en nuestras mentes y en nuestra alma común. 

La segunda reflexión es obvia: “Recuperando de las cenizas” llega en el momento adecuado, fruto de su maduración, o mejor dicho de la maduración por escrito de poemas que nacen en todo tiempo y en todo lugar.

En todo lugar, ya sea en desplazamientos en avión, en tren o en barco. 

Qué bello viajar: caminar por ciudades, transitar con los ojos abiertos, el alma esponjada y el corazón a la escucha. Como Armando acostumbra a viajar, a caminar y a transitar: observando la vida mientras poema. 

En todo tiempo, pues sus poemas nacen también de la constatación de la fea época que nos toca vivir y de su natural rebeldía para no aceptarlos sin más. Los versos que piden a gritos nuestra observación reflejan su propia lucha interior por situarse ante esa realidad. Desde la esperanza en muchos momentos, a la claudicación en otros o al abandono en las manos del Altísimo, como a él le gusta decir.

Nos recuerda Armando

“…en este tiempo incendiario

no pueden permitirse gestos de concordia.

Se está a favor o en contra”

Y el mismo responde:

“… necesitamos que vuelvan

tiempos mesiánicos de paz

pero sin templos ni mezquitas,

sin muros ni sinagogas,

sin cúpulas doradas ni santos sepulcros…

queremos un apocalipsis de olivos,

un arrebato de mariposas,

un Edén de azaleas y alondras,

un mundo natural con gente sencilla,

una simpleza maravillosa,

una sinfonía de mil silencios

mecida por la brisa.”

Y Armando se queda tan ancho. Con su propuesta revolucionaria de Amor puro y de belleza. 

Ahí está el valor del poeta que hoy canta al mundo con la libertad del que nada tiene que perder, porque ya lo tiene todo: la Nada infinita. 

La Nada Infinita en un Espacio lleno de belleza y vida, su Espacio Ronda, nuestro Espacio Ronda

No imagino la concepción de su poesía ajena a esa creación  a la que ha invitado, para compartir sus regalos, a tantos seres humanos. 

Presentes de músicas, 

de oraciones, 

de poemas, 

de meditaciones, 

de danzas sagradas, 

de arte vivo, 

de Vida.

Sus idas y venidas por los mundos de sus musas nacen de su Espacio Ronda,  espacio de generosidad, tiempo de  apertura. 

Bienvenidos tus poemas, tus versos, 

bienvenidas las letras que los componen, 

bienvenidos sus silencios:

Bienvenido al mundo de los poetas querido Armando.

Gopala, 

aprendiz de poeta.

En Torrelodones, en el otoño de 2023

Enlace al libro

«El silencio es la lengua del corazón
El silencio es la lengua del sabio
La paz es silencio»

Jose Maria Marquez, Gopala

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